Octubre ya no es lo que era. O eso dicen. Cada año, son muchos los que esperan la despedida del mes con ciertas ansias, y otros tantos lo ojean en el calendario con cierto recelo. Sí, efectivamente: Halloween ya se ha acomodado entre las festividades nacionales, erigiéndose además como uno de los grandes motores económicos del año en el comercio español. Pero, ¿y qué pasa con el tradicionalmente español Día de Todos los Santos? ¿Cómo se vivía en Canarias? ¿Ha caído en el olvido?
Lo cierto es que las nuevas generaciones vienen apostando más fuerte por celebrar la última noche del mes con disfraces e iconografía del mundo de terror. En Canarias, no obstante, teníamos una forma muy especial de celebrar la víspera de la citada fecha.
La tradición mandaba
Durante el 31 de octubre, en muchos rincones de las Islas, era tradición que las familias se reunieran en el calor de su hogar a compartir historias sobre los difuntos. Además, durante gran parte de la noche se servían alimentos como higos “pasaos” (con una almendra dentro), nueces, castañas, dulces, vino o ron miel. También, por supuesto, se enramaban las tumbas de los familiares fallecidos con flores y adornos. Los más jóvenes, por su parte, preguntaban por las casas si “hay santos”, esperando que les obsequiaran con alimentos que meter en su talega. Pensándolo bien, no está esto último muy lejos de lo que hoy conocemos como Halloween. No obstante, poco a poco se está intentando recuperar esta entrañable tradición canaria.
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